Fue el pasado 5 de noviembre, cuando Jaycee Don Carroll nos
ofreció tres triples seguidos mientras destrozaba la defensa del Bayern. Fue
cuando la metralleta blanca dejó el resultado final de 101-99, con un triplazo
(casi) sobre la bocina.
Aunque, retrocedamos en el tiempo.
Un 16 de abril de 1983, en Wyoming, nace Jaycee Don Carroll.
Con apenas dos años, ya se sabía de su pasión por el baloncesto. Y, aunque el
béisbol también ocupaba una parte en su corazón, para nuestra fortuna, se
decantó por el baloncesto. Si pensábamos que en el corazón de Carroll no cabía
más humildad, entrega y amor, descubrimos que tras una infancia y adolescencia
feliz en Evanston High School, decide ir de misionero durante dos años a Chile
donde crece como persona. Siempre tuvo en cuenta la frase que su padre le
repetía: <<No me importa lo que hagas, pero haz lo mejor>>.
Tras este periodo, con 21 años Jaycee vuelve a su
universidad, Utah State, donde pasa cuatro temporadas. Cuatro suficientes para
convertirse en el máximo anotador histórico con más de 2500 puntos. De allí, le
recuerdan influencias como Tim Duryea, entrenador del equipo.
Pero el escolta norteamericano ya formado y tirador en
carrera, en 2008 decide dar el salto al baloncesto europeo. Optó por el Teramo
Basket de la Lega italiana, donde recibió el apodo Boom Boom. Allí pasó una temporada antes de fichar por el Gran
Canaria.
Así, en 2009, aterrizaría en las islas acompañado de su mujer
y de su hija de año y medio. El 11 de octubre de ese mismo año, Jaycee debutaba
en su casa contra el DKV Joventut de Badalona, anotando nada menos que 23
puntos, de ellos 7 triples. Ya se presentaba en su primer año en la segunda
mejor liga del mundo con muy buenas cifras, tanto que recibió el premio de
máximo anotador de la ACB. Promediando 19.1 puntos por partido y en algunos
llegando a superar los 30, contra grandes equipos como el Real Madrid de Joan
Plaza y el Unicaja de Aíto García Reneses.
Su segundo año en la plantilla del Gran Canaria no podía ser
menos: superó los 30 puntos en cinco partidos (su mayor anotación fue en el
Olimpic de Badalona, con 35 puntos y 38 de valoración), elegido como mejor
escolta de la temporada y renovando su título como máximo anotador de la ACB,
con una media de 19.6 puntos. Jaycee era único, había sido jugador de la
jornada 5 veces, MVP del mes y formado parte del quinteto ideal. Pocos había en
Europa con su capacidad de anotación. Y es posible que ello llevase al Real
Madrid a ficharlo en el verano de 2011 por dos temporadas.
En su primer año en el Real Madrid, en febrero de 2012, sacó
a relucir su arsenal ofensivo ofreciendo 22 puntos en la segunda parte para dar
la victoria al equipo en la Copa del Rey. Pero como es todo, también llegaron
partidos malos: la Final Four contra el Olympiacos en 2013 y la final de la ACB
contra el Barça, donde se vio agobiado por la defensa griega y Brad Oleson,
respectivamente.
Su tercera temporada blanca tampoco fue la esperada a nivel
individual. Era difícil retomar el ritmo después de la lesión y posterior
operación, pero sobre todo, la confianza. El equipo había perdido una gran
final, la Euroliga contra el Maccabi en 2014, y mientras tanto, Jaycee jugaba
los últimos minutos de los partidos ganados.
Mientras algunos medios en el verano de 2014 dudaban de su
continuidad, Carroll levantó la cabeza y trabajó duro en su punto débil: la
defensa. Tal fue su mejora que fue capaz de defender a los bases rivales en
partidos de Euroliga y en la Copa del Rey de 2015. Conforme iba avanzando la temporada,
cada vez se esperaba más de él.
En abril, el Palacio presenció el mejor momento de la carrera
de Jaycee: en un cuarto, que viene siendo un abrir y cerrar de ojos, firmó 19
puntos. La imparable metralleta había destrozado a un Barça que iba mandando en
el partido. Pero fue en ese mismo mes cuando sufrió una lesión al pisar el pie
del Bertans, a tan solo tres semanas de la Final Four. Afortunadamente, el
esguince quedó en un susto.
Por fin había llegado la ansiada Final Four, esta vez
disputada en casa. Jaycee pudo jugar la semifinal contra el Fenerbahçe de
Obradovic, y aunque no fue destacable su labor ofensiva, jugó un gran papel en
la defensa. El Real Madrid había conseguido disputar su tercera final
consecutiva de Euroliga, y esta vez, contra un gran Olympiacos.
El día de la final, 17 de mayo de 2015, Laso confió en
Carroll como titular. No le faltó razón, Jaycee consiguió dejar a cero a
Vassilis Spanoulis, estrella de la Final Four de Londres 2013. Los griegos,
perros viejos en esta competición, torcieron el partido para el Real Madrid.
Pero ahí estaba Jaycee Don Carroll, boom boom, la metralleta blanca, el ‘Yeisi’
que es capaz de meter 11 puntos en dos minutos y romper un partido. Así el Real
Madrid decía bienvenida a casa, después de 20 años, a la novena copa de europa.
Un gran jugador como
Carroll, a sus 32 años y con una temporada por delante con el Real Madrid, es
el que aporta energía a un equipo. Jugadores con hambre de juego, dispuestos a
aprovechar todo momento para mejorar e inmunes al cansancio. Un jugador
especial.
Podríamos pensar en qué pudiera haber pasado si Jaycee no
hubiera defendido de aquella manera a Goudelock en la semifinal, o si no
hubiera metido todas esas canastas decisivas en la final. También podríamos
pensar que todos estos recitales son casualidades. Pero lo cierto es que desde
su llegada a la ACB, sin dejar de ser él mismo con su sonrisa inmutable, Jaycee
se ha ganado un hueco en el corazón de muchos aficionados.
Y es que, chicos, Yeisi es amor.
@FatoSUBLAIM
Ya ha venido Papa Noel? Vaya regalazo. Gracias
ResponderEliminarA ti Javier
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